Quiero viajar alrededor del mundo, ya me canse de pensar que es un sueño lejano que pueden hacer otros excepto yo. Quiero dejarlo todo e irme a recorrer el mundo. Viajar es invertir en experiencias, llenarse de aprendizajes y muchos recuerdos, es algo que no tiene un valor fijo sino que por el contrario es un intangible que va incrementando su valor con el pasar del tiempo.
No he viajado mucho, pero en las pocas oportunidades en las que he podido hacerlo, definitivamente puedo confirmar que eso es lo que quiero hacer por mucho tiempo, quizás por el resto de mi vida.
Despertar en mi deliciosa cama, desayunar huevos revueltos, pan y chocolate, ir al trabajo, tener un día ajetreado y soportar el trancón de regreso a casa son cosas a las que me he apegado poco a poco debido a la misma rutina. Y dejar mi zona de confort es un paso obligado para hacer realidad este sueño que al mismo tiempo es arriesgado y también muy difícil, pero me motiva el hecho de llenar mi vida de experiencias, de lugares hermosos que ni siquiera se que existen, de personas que me inspiren a volar más alto, en fin de tantas cosas que en este momento no me puedo imaginar.
Es un sueño algo osado y en el que apenas estoy empezando a trabajar, pero todo ha comenzado creyendo en Dios como el que puso este sueño en mi corazón y transformando mi manera de pensar superando las típicas excusas que las personas se hacen a la hora de querer hacer realidad cualquier sueño, «Es imposible», «Me da miedo», «No puedo», «No hay dinero» y sí, quizás hayan obstáculos y tropiezos pero no permitiré que eso arruine lo que Dios ha puesto en mi corazón.
Este es uno de mis sueños, Recorrer el mundo disfrutando de toda la creación, conociendo cada vez más a Dios como el creador y como mi fiel amigo. Así es que si tienes un gran sueño deja atrás las excusas, concentrate en alcanzar lo que te has propuesto y hagamos que nuestra vida sea tan completa y maravillosa como siempre lo ha querido Dios para nosotros.